Un Tartiere en tensión ante un sábado imprevisible

El Oviedo-Celta se jugará en medio de un ambiente marcado por la tensión, la protesta anunciada y la necesidad de respuesta sobre el césped

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Carlos Tartiere
Estadio Carlos Tartiere
Jue, 18/12/2025 - 21:15

El Real Oviedo afronta el partido en el Tartiere ante el Celta en uno de los contextos ambientales más delicados de los últimos tiempos. La derrota en Sevilla, el relevo en el banquillo y la llegada de Guillermo Almada han activado un clima de máxima crispación en el entorno azul, con una afición dividida entre el enfado, la desconfianza y la necesidad de una reacción inmediata.

En la presentación de Almada celebrada este miércoles, los dirigentes del club trataron de enmendar errores y reconocieron equivocaciones en la gestión, en palabras del propio presidente Martín Peláez, entre ellas la contratación de Luis Carrión. Un ejercicio de autocrítica poco habitual que busca rebajar tensiones, aunque no ha sido suficiente para apagar el malestar acumulado tras varias semanas de malos resultados.

El grupo Symmachiarii dejó claro tras el anuncio del nuevo entrenador que mostrará su descontento antes y después del encuentro, aunque durante los noventa minutos el Tartiere deberá rugir y empujar al equipo. Un posicionamiento que convive con el comunicado de APARO, que el domingo pidió cordura tras los incidentes vividos en los aledaños del estadio, apeló a la unión del oviedismo y reclamó al club una gestión que no se perciba de espaldas a la afición.

En paralelo, las redes sociales reflejaron un rechazo notable a la llegada de Almada, alimentando un debate que ha ido creciendo con el paso de las horas y que añade más ruido a una semana ya de por sí convulsa. Entre la protesta organizada, los llamamientos a la unidad y el enfado latente, el escenario que se encontrará el equipo este sábado es difícil de anticipar.

Todo ese cóctel convierte el Carlos Tartiere en un factor tan determinante como imprevisible. La grada será protagonista, para bien o para mal, en un partido que va mucho más allá de los puntos. En un momento crítico, el Oviedo se juega también su relación con su gente, en un estadio capaz de pasar del reproche al empuje en cuestión de minutos.