Dosis extra de sportinguismo antes de la final: "Hay que ganar sí o sí"

Centenares de aficionados se dieron cita en Mareo para despedir al autobús rojiblanco antes de partir hacia Elda 

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Bus Sporting
Autobús del Sporting a su salida de Mareo con dirección al aeropuerto
Sáb, 01/06/2024 - 18:32

Concienciados. El Sporting de Gijón emprendió el camino de Elda con el calor de la afición bajo el brazo. Centenares de aficionados se dieron cita en Mareo para brindar una calurosa despedida a los jugadores antes de tomar el vuelo con dirección a Alicante. Una recarga de ánimos antes de la final que el conjunto gijonés disputará mañana en el Pepico Amat. 

Una hora antes de la partida del autobús rojiblanco, la Escuela de Fútbol de Mareo fue acogiendo más y más aficionados. No había partidos de la base, los seguidores rojiblancos acudían a la llamada del equipo para brindar una despedida que, esperan, no sea la última de la temporada. La llegada de los futbolistas fue subiendo los grados, con Guille Rosas y Cote siendo los más madrugadores. 

Todos y cada uno de los futbolistas tuvieron faena antes de poder entrar en las instalaciones rojiblancas. Todos los pequeños se marcharon con su foto con los jugadores y los futbolistas con su correspondiente ovación. Entre los más aclamados, Djuka, Gio Zarfino o un Axel Bamba que se adentró en Mareo haciendo sonar su claxon para gusto de la afición. Dentro de los gritos recibidos por los futbolistas, uno significativo. "Insua, quédate", le cantaron al central gallego cuando entraba en la zona de los vestuarios. La misma cantinela escuchó Juan Otero, uno de los más solicitados para las fotografías. 

Con los jugadores ya dentro de las instalaciones, David Guerra salió a agradecer la calurosa bienvenida a Mareo. "Gracias por venir a todos", se limitó a decir el presidente ejecutivo. También fue coreado al grito de "presidente, presidente". Un ambiente festivo en las instalaciones rojiblancas antes de la cita de mañana. La afición, consciente y con las cuentas claras. "Hay que ganar sí o sí. Por favor, teneís que hacerlo", le espetaba un aficionado a Djuka cuando entraba a pie entre los aficionados. 

Diez minutos más tarde de lo previsto, el autobús del Sporting salía de las instalaciones rojiblancas. Lo hacía envuelto en el humo rojo de las bengalas, entre los golpes a los cristales del autobús que llegaban desde fuera y desde dentro del vehículo y entre la sensación de que la afición ha hecho todo lo posible para que salga bien. Sin duda, actos como este demuestran que al Sporting, pase lo que pase en la última jornada, ya le está saliendo francamente bien. Falta que el césped lo certifique.